sábado, 27 de diciembre de 2014

METRO 2033 (PC)


Metro 2033 es un shooter en primera persona basado en la novela del mismo nombre de Dmitry Gluckhovsky, en el que el mundo ha sufrido el (enésimo) apocalipsis nuclear que ha obligado a la población a buscar refugio por la supervivencia en las viejas instalaciones del metro de Moscú. Allí crece una nueva generación, que ha de vérselas con el sempiterno conflicto entre rojos/fascistas, horrores mutantes e incluso encuentros sobrenaturales.

Artyom habrá de llevar un importante mensaje hasta una lejana estación, por supuesto atravesando un infierno Dios mío en el que no sentirá las piernas...

Vale ¿Y el juego qué tal?

Bien, pues nos encontramos con un shooter cuya principal virtud radica en la construcción de una creíble ambientación postapocalíptica: opresiva, sucia, al límite de la supervivencia y hostil hasta en la apariencia. Para sumergirnos aún más, esto se traslada a las armas y elementos que hemos de utilizar: máscaras de gas para atravesar ciertas zonas (con filtros que se acaban), detectores de radiación, gafas de visión nocturna, inyecciones medicinales e incluso una tablilla con mechero para recordar nuestra misión actual. 

 ¡Ahh! ¡¡Políticos!!

Las armas son también bastante originales, además de las clásicas pistolas, escopetas, fúsil, nos encontramos con sus versiones casi de andar por casa, como un lanzabolas de metal neumático, lanzadardos... que ayudan a creerte que estás verdaderamente en las últimas. La munición se ha convertido en la moneda de cambio, y existen de distintos tipos de potencia y calidad. 

¿La parte fea? Pues que la jugabilidad deja bastante que desear. No ya por difícil (que en momentos lo es, y bastante), sino porque es muy "pasillero": te sientes más conducido de lo que deberías. Los escenarios, logrados sí, pero claustrofóbicos, oscuros y feos hasta agobiar (si quieres verlo como virtud, genial... pero a mí me saturaron). Luego los bichos y mutantes se repiten hasta la extenuación. Yo acabé de perro-ratas-gorilas hasta las narices. Y a esto hay que sumarle que no hay "alegría" al disparar: las balas escasean de verdad, y andas como un desgraciao contándolas toda la partida.

Sinceramente, estaba deseando terminármelo para pasar a otra cosa, algo que no dice mucho positivo, al menos en mi caso.

Para fanáticos de los postapocalismos varios.





2 comentarios:

alcorze dijo...

La novela se me hizo pesada y espesa como sólo los rusos saben hacer. El juego veo que también tiene lo suyo. Un abrazo, Luis.

Luis Bermer dijo...

Sí Alcorze, parece que ciertos productos culturales no merecen, ni de lejos, el bombo que se les da... pasta y marketing, supongo.

¡Un abrazo, maño, pásalo bien!