
Me encantaban los cómics de la extinta editorial Vértice -no todo iba a ser Mortadelo y Zipi y Zape-. Vistos con la distancia de los años, no dejaban de ser historietas de acción y aventuras (que ahora, en novela, me suelen aburrir mortalmente) pero con una ambientación y toque siniestro y hasta perverso...lo ideal para un niño saturado de colorines y chistes :)
ZARPA DE ACERO: nos contaba cómo un tipejo sin escrúpulos recibe ésta bendición, que le permitía, entre otras cosas, volverse invisible tras cargarla de electricidad -como un móvil, pero a lo bestia-. Rezumaba un tono oscuro que me subyugó desde el principio (la imagen corresponde al primero que me compr(aron)

EL HOMBRE COSA: La mezcla vertidos tóxicos-cadáver nos trajo a esta "criaturilla", dispuesta a vengar injusticias contra ataques a inocentes y al medio ambiente. ¿Sería de Greenpeace?

KELLY OJO MÁGICO: El protagonista recibe el regalo del susodicho ojo, que dota de invulnerabilidad absoluta a su portador -y a quien tocara- (hasta de explosiones atómicas). Las tramas eran muy imaginativas, recuerdo hasta máquinas del tiempo, enfrentamientos y situaciones de toda clase. Partiendo de una premisa tan simple y poco dinámica, consiguió tenerme ahí enganchado...

MYTEK "El poderoso": esta imitación de King-kong era un gigantesco robot-gorila (que se cargaba con baterías solares -eso es cómic-sostenibilidad...xD), que pasaba de unas manos a otras sembrando la destrucción a escala épica ¿Qué niño no disfruta con el aplastamiento de ciudades a lo Godzilla? Irresistible :D

EL MOTORISTA FANTASMA: Clásico vengador infernal, cuya estética y formas no podían molar más :D Eso de tener una calavera ardiente por cabeza, forjar una Harley flamígera a base de chorros de fuego saliendo de tus manos e ir por ahí sembrando el terror en los malos -y buenos-...es el sueño de todo niño que se precie de serlo xD De la película que protagonizó el patético de Nicolas Cage mejor ni nombrarla...como para no querer volver a los 80...
Había más, muchos más, que ya iré recordando (los de superhéroes nunca me consiguieron enganchar demasiado -salvo Spiderman, y por su sentido del humor).
Hoy estoy seguro de que, todas estas primerizas lecturas, han influido decisivamente en mi forma de escribir y entender cómo ha de ser una buena historia.