En este juego controlamos a Nero (no, Burning Rom es otro), una suerte de cazademonios que se lía a ho****s contra las fuerzas maléficas (la historia es algo más compleja, pero en la práctica, se reduce a esto). El apartado gráfico es absolutamente espectacular: desde los escenarios (ojo a esos diseños y arquitecturas, repletos de detalles... son puro arte) en alta definición hasta los personajes (existe una Galería con ellos para apreciarlos bien de cerca), pasando por las toneladas de escenas cinemáticas intercaladas por todo el juego. No me quiero ni imaginar los millones de horas que habrá llevado el poner todo esto en escena, pero viene de Japón, nos lo podemos imaginar... :) Algunas fases y jefes finales -de esos gigantescos- son para quedarse con la boca abierta (ese "El Salvador", o el final... impresionantes de verdad).
La dinámica de juego es bastante sencilla: recorrer los escenarios arrasando con los enemigos (y cogiendo gemas para poder comprar mejoras de armas, habilidades y objetos), en combates bastante rápidos y numerosos, combinándolos con pequeñas búsquedas y saltos habilidosos. Digamos que es como un Resident Evil (la cámara es clavadita, y esas frases cuando buscas información en algún objeto...) pero con más leches y combos :) Y es largo, bastante largo: veinte fases que cunden lo suyo.
Uno de los aspectos que menos me ha gustado es que, por las últimas fases, los combates pueden llegar a hacerse pesados, y los enemigos un tanto reiterativos (incluso habiendo bastantes). Además, se reutilizan algunos escenarios (el truco de tener que desandarlos a la inversa y de noche) que, si bien se entiende (menudo trabajazo han tenido con ellos), da una cierta sensación de querer alargar el juego más allá de lo que le correspondía. Tal vez este sea el único "pero" que le pongo.
En cualquier caso, muy recomendable, sobre todo si quieres regalarte los ojos con las maravillas visuales que se pueden conseguir con un ordenador hoy en día.
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