
Es difícil, imposible casi, que te guste el rock duro y no conozcas este disco. Vio la luz en 1987, y supuso una altísima cima, que la banda jamás volvería a alcanzar. En cada nuevo disco, esperábamos este disco, obviamente en vano. Ninguna canción sobra, todas tienen entidad en sí mismas; es redondo en todos los sentidos. Slash es un guitarrista que transmite emoción como pocos (podéis comprobarlo más abajo, en la balada “Sweet child o´mine”)
Y la macarra “It´s so easy”
Esta es la cinta que me grabó un amigo, puesta incontables veces:

Algo que vuelvo a hacer de vez en cuando...
Por los viejos tiempos ;)
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