Sigo en mi cabezona lucha por terminarme esta saga (a pesao no me gana nadie, y eso incluye al polaco este).
La historia sigue en su dinámica habitual: los personajes continúan con sus trayectorias paralelas, bastantes combates y guerras, explicaciones político-territoriales-intrigo-palaciegas, nombres de lugares que a uno no consiguen evocarle ni una triste imagen mental, el supuestamente carismático Geralt y su amarga sonrisa torcida -a mí no me vengas de atormentado, chaval-, el gilipollas del Jaskier haciendo de contrapunto pateticómico... todo bien escrito, desarrollado desde un punto de vista técnico... pero para mí con la misma atracción que puede causarme un botijo (en invierno). Lo siento, Sapkowski: incompatibilidad de caracteres :P
Luego han habido un par de detalles de estos que me han tocado las narices. La historia del abstemio vampiro Regis. Jeje, desmitifica el "ansia", la necesidad de beber sangre del vampiro, cambiándola y haciendo un paralelismo con la "necesidad" de beber de los jóvenes. Pero literal. Que de jóvenes nos vamos de fiesta por ahí a "beber" para pasarlo bien (¿?) y desinhibirnos incluso con el sexo opuesto (¿?¿)... le ha faltado la escena del botellón, y el calimocho sanguíneo con coca-cola, en serio. Y luego, claro, ya se hace uno de adulto sanguino-cohólico y bebe porque sí (¿¿) y, bueno, cuando uno toca fondo, se vuelve abstemio... por eso no temáis, que no os voy a morder cuando durmáis... (juas, juas). Lo de las charlas preventivas por institutos de vampiros adolescentes también lo eché en falta (¬¬). Muy original e imaginativo, Sap, lo reconozco... pero qué inverosimil, joder.
El otro detalle que me hizo bufar, ya por el final del libro, fue el de frases cada dos por tres del estilo "y se metió de cabeza en la refriega, y ese fue su bautismo de fuego". Que sí, que ya... que nos queda claro que cada personaje pasa su bautismo de fuego (tranquilo, queda justificado el título de sobras... tampoco hace falta que se te note tanto, hombre; tampoco somos tan estúpidos como para no imaginar que ciertas vivencias pueden considerarse así). Incompatibilidad manifiesta, queda claro.
Bien, ya me quedan dos libretes para acabar contigo, Sap. Y encima sabiendo que el final no ha gustado, al parecer, a nadie (lo cual promete un divertido post-comentario donde darás pie a que saque la Gatling con munición trazadora-incendiaria de punta hueca...).
A Satán pongo por testigo de que jamás volverán a engancharme con una saga de estas abusivas en páginas y paciencia lectora.
BAUTISMO DE FUEGO en AMAZON
La historia sigue en su dinámica habitual: los personajes continúan con sus trayectorias paralelas, bastantes combates y guerras, explicaciones político-territoriales-intrigo-palaciegas, nombres de lugares que a uno no consiguen evocarle ni una triste imagen mental, el supuestamente carismático Geralt y su amarga sonrisa torcida -a mí no me vengas de atormentado, chaval-, el gilipollas del Jaskier haciendo de contrapunto pateticómico... todo bien escrito, desarrollado desde un punto de vista técnico... pero para mí con la misma atracción que puede causarme un botijo (en invierno). Lo siento, Sapkowski: incompatibilidad de caracteres :P
Luego han habido un par de detalles de estos que me han tocado las narices. La historia del abstemio vampiro Regis. Jeje, desmitifica el "ansia", la necesidad de beber sangre del vampiro, cambiándola y haciendo un paralelismo con la "necesidad" de beber de los jóvenes. Pero literal. Que de jóvenes nos vamos de fiesta por ahí a "beber" para pasarlo bien (¿?) y desinhibirnos incluso con el sexo opuesto (¿?¿)... le ha faltado la escena del botellón, y el calimocho sanguíneo con coca-cola, en serio. Y luego, claro, ya se hace uno de adulto sanguino-cohólico y bebe porque sí (¿¿) y, bueno, cuando uno toca fondo, se vuelve abstemio... por eso no temáis, que no os voy a morder cuando durmáis... (juas, juas). Lo de las charlas preventivas por institutos de vampiros adolescentes también lo eché en falta (¬¬). Muy original e imaginativo, Sap, lo reconozco... pero qué inverosimil, joder.
El otro detalle que me hizo bufar, ya por el final del libro, fue el de frases cada dos por tres del estilo "y se metió de cabeza en la refriega, y ese fue su bautismo de fuego". Que sí, que ya... que nos queda claro que cada personaje pasa su bautismo de fuego (tranquilo, queda justificado el título de sobras... tampoco hace falta que se te note tanto, hombre; tampoco somos tan estúpidos como para no imaginar que ciertas vivencias pueden considerarse así). Incompatibilidad manifiesta, queda claro.
Bien, ya me quedan dos libretes para acabar contigo, Sap. Y encima sabiendo que el final no ha gustado, al parecer, a nadie (lo cual promete un divertido post-comentario donde darás pie a que saque la Gatling con munición trazadora-incendiaria de punta hueca...).
A Satán pongo por testigo de que jamás volverán a engancharme con una saga de estas abusivas en páginas y paciencia lectora.
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