Hacía muchos años que no jugaba a un típico juego de navecitas, de aquellos arcades de avance horizontal en 2D que van ligados sin remedio a recuerdos de la infancia, y este "Sine mora" ha sido una vuelta atrás en el tiempo en ese sentido.
El juego desarrolla una clásica historia (de poco interés para mí) a la japonesa, en el que un grupo de personajes (que van cambiando según la fase, junto a sus respectivos aviones) fantásticos luchan por la liberación del mundo de una serie de seres y monstruosidades mecánicas, muy a lo steampunk.
La dinámica -que es lo que importa- me ha recordado a juegazos como "Prehistoric isle" o "R-type" (pura nostalgia ochentera), no muy difícil aunque con momentos de esquivar chorrocientas mil balas. Los gráficos son sin duda su punto fuerte: preciosistas, coloristas, detallistas, y todos los -istas más que se os ocurran. Es una verdadera delicia ir pasando fases, viendo el amor con el que se ha plasmado todo, con mil pequeños detalles perfectamente recreados donde fijarse... el uso de las 3D en los diseños está para potenciar la estética de aquel espíritu arcade, no para sustituirlo como en otros juegos modernos; y ya por eso solo el juego me ha encantado.
Si pasaste media juventud en los salones recreativos, tienes que probarlo: obligatorio.