Una película que hace metacine, al transcurrir en un día de rodaje de una obra de bajo presupuesto de cine independiente. Muestra con cercanía lo difícil que a veces resulta conseguir en la vida hasta lo más sencillo, como rodar una corta escena. Se trata fundamentalmente de una comedia -aunque, desde cierta perspectiva, podría considerarse también un drama-, con unos personajes de personalidades bien marcadas y que uno se puede creer sin problemas.
Destacaría su sencillez y el ritmo tan bueno que han conseguido imprimirle; se te pasa volando, te encariñas de los personajes y las situaciones, y te puedes reir un buen puñado de veces. Además, se nota que es un homenaje a todos esos entrañables locos que sueñan en celuloide.
Muy recomendable.
Destacaría su sencillez y el ritmo tan bueno que han conseguido imprimirle; se te pasa volando, te encariñas de los personajes y las situaciones, y te puedes reir un buen puñado de veces. Además, se nota que es un homenaje a todos esos entrañables locos que sueñan en celuloide.
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